jueves, 9 de junio de 2016

Nada es para siempre

Cómo no reconocer el amor que siento aun por ti, si se desgarra mi alma pensar que las cosas no serán siquiera como fueron en un principio. No más llamadas, ni mensajes, ni tratos libres de compromisos amorosos. 
No más visitas clandestinas, ni ratos de madurez.

No hay nada que me haga más infeliz en este momento. ¿Cómo superas al amor más grande de la vida? Ya sé lo que va a pasar, voy a llorar cerca de un mes, escuchando música deprimente, me desquitaré con todos a mi alrededor, luego me levantaré, pensaré que ha sido la mejor opción que pude tomar, me sentiré libre y si la mala suerte vuelve andar por mis rumbos, me enamoraré y posiblemente se repita la misma historia trágica de amor.


Lamento tanto que las personas no comprendan lo que pasa, que Diego no comprenda que no estaban todas las cosas en su lugar, ya había varios cambios en la vida de ambos, y no podía haber uno más a menos que fuera significativo.

Te lo dije con mi voz propia y no quisiste entender. Te lo dije con tinta plasmada en hojas blancas y te enojaste demasiado. No entiendo, no entiendo la manera en como lo pude haber dicho. Quizá no comprendía lo que pasaba, o tal vez era que tu creías que el color rosa no se estaba deslavando el nuestra relación.

Sabes Diego, yo te amo con demasiada demencia, y por ti hubiera dado la vida si hubiera sido necesario, pero no me ha quedado claro que papel jugamos en esta vida. No podemos crear un futuro si vivimos en un presente incierto lleno de miedo. No podemos siempre esconder los actos delante de las personas que nos conocen demasiado; no podemos olvidar nuestras raíces, no podemos olvidar lo que siempre fuimos. Si mi querido Diego, FUIMOS.

Fuimos una pareja tan hermosa, que en tiempo pensé que era perfecta, porque solo peleamos dos veces de estos años juntos, jamás nos faltamos al respeto aunque si dijimos palabras que el coraje nos llevó a mencionar. Jamás sufrimos una crisis de pareja por vernos poco tiempo, jamás tuvimos problemas por amanecer el uno pegado al otro. Jamás.
Pero sabes amor, la nostalgia me colapsó el corazón y ahora no se donde refugiarme. Ahora sé que las palabras se las ha llevado el viento y que este amor será cenizas muy pronto.


Me duele hasta los huesos dejar de verte, de hablarte, de olerte, de besarte; de tomar tu mano, de comer juntos, de abrazarnos; de soñar, de gritar, de cantar, de ver películas en un sillón marrón. Me duele dejarte; pero más me dolería seguir contigo sin saber que nos depara el mañana. Me duele más saber que no ya no nos pertenecemos. Me da rabia saber que todo este tiempo pudimos haber hecho más y no quisimos. Me duele. Siempre dolerá.
Estábamos a dos pasos de hacer que todo brillara por siempre en el cielo, estábamos a nada de congelar el tiempo y paralizar nuestro amor. Estábamos a nada amor de ser por siempre uno.
Se esfumó.
No preguntes por qué, ni cómo, ni cuándo pasó.

No preguntes si hay culpables, si es algo en específico, mucho menos pienses que es por terceras personas. No pienses que te dejé de amar, eso no creo que llegue a suceder, porque si existe a alguien a quien he entregado más que mi cuerpo, mente y alma, por siempre fuiste tú.

Ya no más palabras bonitas, ni besitos nocturnos, ya no más idas al cine, ni retrasos en las citas. Ya no más alcohol en la habitación

Y por tanto, ya no habrá lágrimas que me lleguen a las comisuras de los labios, ya no habrá más noches de incertidumbre. Ya no habrá más de nada. Pero confío en que las cosas irán mejor y sabes, todo pasa por algo mi querido amor.

Ya no me verás fumar, ni yo escribir, ya no me verás hacerte el desayuno, ni yo volveré a acomodarte la corbata. Ya no me verás. Ya no nos veremos. Y aunque me marche tú serás mi amor por siempre.


Te escribo a ti porque decírtelo me traerá más melancolía.
Te lo escribo de la forma más bonita, pero aun así no quita que sea una despedida.
Te pido, por los mil y un recuerdos que tengo, jamás me dejes de amar como yo te amo a ti.




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